domingo, 23 de agosto de 2015

Juan Perro en Bataplán



A pesar de que el concierto estaba previsto que se celebrase en la terraza del Bataplán, los nubarrones que amenazaban lluvia durante toda la tarde hicieron que el concierto finalmente tuviera lugar en el interior de la discoteca Bataplán, y es que justo a la hora del concierto, las 20.00 horas, empezaron a caer las primeras gotas, que luego se multiplicaron, acompañadas de una fuerte tormenta de rayos y truenos.

Al ser las plazas limitadas, parecía que en vez de haber acudido nosotros a un concierto, el artista se había desplazado hasta el salón de nuestra casa para participar en una fiesta privada, lo que le dio a la velada un toque especial.

Para los que fuimos seguidores de Radio Futura en los años 80 y hemos tenido la suerte de asistir a varios conciertos de Santiago Auserón, bien con Radio Futura, bien con La Zarabanda o como Juan Perro, nunca nos ha defraudado con sus directos, por lo que ayer también esperábamos una buena actuación, pero la verdad es que el concierto de ayer superó nuestras expectativas. Santiago Auserón es un artista que evoluciona constantemente, alimentándose de distintos tipos de música, sobre todo cubana, y que en vez de quedarse estancado y vivir de repetir sus viejos éxitos, va recorriendo nuevos caminos. 

Al ser el concierto de ayer en solitario, Juan Perro echó de menos y mencionó varias veces a su guitarrista habitual Joan Vinyals, pero se las arregló para simular los solos de guitarra con su voz.

Antes de cada “coplilla”, que es como Santiago llama a sus canciones, daba unas largas y muy interesantes explicaciones sobre el origen de cada canción, haciendo referencia a grandes músicos que han influido en su trayectoria, como Joe Strummer al que dedicó la canción Rascador, Louis Armstrong sobre el que contó una bonita historia de New Orleans cruzando el Missisipi, Compay Segundo y su influencia con los ritmos cubanos, Caetano Veloso al que ha dedicado una canción, Raimundo Amador del que dice que bebía Agua de Limón, … 

Entre trago y trago de jarabe para la tos, y entre canciones y explicaciones, Juan Perro nos deleitó con casi dos horas de concierto ante un público entregado. Antes de finalizar el concierto Santiago se acercó a los asistentes de la primera fila y se dedicó a estrechar la mano y repartir besos  a los asistentes, para acabar con “Un perro flaco” y “Semilla negra”.

Resumiendo, el de ayer fue un concierto inolvidable. Muchas gracias por todo, Juan Perro.